En el mes de diciembre, las sombras son más cortas que en junio debido a la posición del Sol en el cielo. Durante esta temporada del año, los rayos solares caen de manera oblicua sobre la Tierra, lo que significa que su ángulo de incidencia es más bajo. Esto provoca que las sombras proyectadas por los objetos sean más cortas, ya que la luz del Sol se encuentra más cerca del cenit. Además, al caer de manera oblicua, los rayos solares atraviesan una mayor cantidad de atmósfera, lo que dispersa parte de la luz y hace que la intensidad lumínica sea menor. Por esta razón, en diciembre se experimenta un clima más frío, ya que el Sol brinda menos luz y calor.

Es importante destacar que esta diferencia en la posición del Sol entre diciembre y junio se debe a la inclinación del eje de la Tierra. Durante el invierno en el hemisferio norte, el eje de la Tierra se inclina alejando al Sol, lo que provoca que los rayos solares incidan de manera oblicua. Por otro lado, en el hemisferio sur, durante el invierno los rayos solares caen de manera perpendicular, ya que el eje de la Tierra se inclina hacia el Sol. Esta posición más perpendicular de los rayos solares en el hemisferio sur durante diciembre proporciona una mayor cantidad de luz y calor, lo que explica por qué en esta época del año se experimentan temperaturas más cálidas en comparación con el hemisferio norte.

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